Tú no te vas Nataca. Te quedas, para siempre, en eso tan maravilloso que es el archivo de la televisión. Tu imagen, tu mirada, tu voz y tu sonrisa se quedan. Y así podremos verte cuando lo deseemos. El 8 de julio de 2015 irradiabas luz. Y la tarde antes, mientras recogías el vestido en sastrería, y tras el directo, estabas eufórica, porque todo había salido bien, porque habías dado un paso más en tu carrera y la gente que te quería te había visto guapísima y profesional. El recuerdo especial que quiero compartir es de minutos antes del directo. Estabas nerviosísima. Te dije "tómate un gyn tonic, te suelta un poco y te relaja". Tú respondiste que un gyn tonic entero te daba miedo, y yo te llevé a la cafetería del hotel y pedí un gyn tonic repartido en dos vasos. Mitad para ti, mitad para mi. Y ese gesto tan tonto te pareció divertido, porque tenías esa maravillosa cualidad de vivir cada momento, por muy normalito que parezca. Es una de las cosas que me has enseñado, a ser feliz en la adversidad, a ser optimista. ¡Ah! y a pronunciar "Loreak" con el acento en la "a", que nadie sabía en la redacción. Tú no te vas Nataca. Tú estás en movimiento. El 8 de julio de 2015 te vio todo el mundo por la tele y pensó "¡Qué guapa, qué sonrisa y qué bien lo hace!". Y nosotros, además, podríamos haberles dicho, "Y qué buena persona".